Recurso

Reemplazo de rodilla: la perspectiva de un paciente

La fundadora de NRAS y defensora de pacientes, Ailsa Bosworth, habla de sus experiencias personales con el reemplazo de rodilla.

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03/03/03: Ailsa Bosworth

El Sr. Allum realizó un reemplazo total de rodilla en mi rodilla izquierda a finales de noviembre de 2002. Mi rodilla se había vuelto extremadamente dolorosa durante un período de algunos meses a medida que la brecha entre la tibia y el peroné se había reducido hasta que era hueso sobre hueso. Mi tobillo izquierdo se desplaza bastante hacia el derecho. Creo que esta deformidad se conoce como 'valgo'; puede que sea un término que ya habrá oído. Por lo tanto, la combinación de eso y mi rodilla girando hacia la derecha significaba que toda mi pierna estaba en un ángulo que era muy visible cuando caminaba. Usaba muletas y me levantaba, y bajar las escaleras era una pesadilla, especialmente al final de un largo día.

Después de haberme sometido a muchas cirugías anteriormente, incluido un reemplazo de cadera, sabía que sentiría bastante dolor después de la operación y así fue. Además, la manipulación a la que te tienen que someter en la mesa de operaciones hizo que mi cadera izquierda se hinchara, por lo que se retrasó la movilización un par de días para darle oportunidad a mi cadera de estabilizarse. Mi hemoglobina bajó también dejándome sintiéndome un poco raro, pero eso se recuperó después de unos días sin la necesidad de una transfusión que en ocasiones tuve que recibir en operaciones anteriores.

Trabajé duro en el fisio para doblar la rodilla. Es doloroso y es un trabajo duro, pero vale la pena porque, cuando salí del hospital después de 2 semanas, podía doblar la rodilla 85 grados. Tuve unas 3 o 4 visitas de regreso al hospital para ver al fisioterapeuta, tiempo durante el cual seguí trabajando para doblar y fortalecer mi rodilla, y cuando tuve la visita postoperatoria al Sr. Allum, él estaba muy contento de descubrir que podía Doblé la rodilla 105 grados, que era más de lo que podía doblar antes de la operación.

Lo que me ha encantado aún más que quitarme el dolor y volver a tener algo que se parece vagamente a una rodilla después de tantos años de hinchazón permanente es que mi pierna izquierda se ha enderezado y en consecuencia mi postura ha mejorado y me veo mejor cuando camino. . Mi ropa cuelga mejor y me siento más normal desde ese punto de vista. No es sólo la vanidad lo que realmente importa.

Sé que en algún momento tendré que operarme la otra rodilla y, aunque no recibiré con agrado la operación, si resulta como mi rodilla izquierda, estaré feliz.

Rodilla izquierda – Delantera Rodilla Izquierda – Lado