Ejercicio para la artritis reumatoide
El ejercicio es importante porque ayuda a reducir el riesgo de sufrir más daños en las articulaciones. También ayuda a reducir el dolor y el riesgo de enfermedades cardíacas y a mejorar la fuerza muscular y el bienestar mental. Hay ejercicios para personas en todas las etapas de su recorrido por la AR.
Para las personas con AR, la actividad física es importante para controlar su afección y mantener un estilo de vida saludable. Realizar actividad física (como caminar o nadar) y/o ejercicios de movimiento regulares que puedan mejorar su rango de movimiento puede mejorar su capacidad para manejar la vida diaria. Muchos de estos ejercicios se pueden realizar sin necesidad de equipo de ejercicio o membresía en un gimnasio.
Hay algunos factores principales a tener en cuenta antes de hacer ejercicio:
1. Cada uno es diferente
Lo que puede funcionar para una persona puede no serle adecuado a usted. En caso de duda, es recomendable consultar a su médico de cabecera o pedir que le deriven a un profesional de la actividad física o un fisioterapeuta que podrá orientarle. Algunos gimnasios tienen instructores capacitados sobre cómo ayudar a las personas con AR y otras afecciones a largo plazo a crear un programa o rutina de ejercicios eficaz.
2. Primero, el bajo impacto
Es mejor empezar con actividades de bajo impacto, ya que le ayudan a realizar actividad física sin forzar las articulaciones, los ligamentos y los músculos. La natación, la caminata y el ciclismo entran en esta categoría. El Tai Chi (un arte marcial chino, caracterizado por ejercicios circulares/de estiramiento metódicamente lentos y posiciones de equilibrio corporal) también es un ejercicio popular de bajo impacto para las personas con AR. Comenzar con actividades de bajo impacto durante unos meses puede preparar su cuerpo para realizar más ejercicios de alta intensidad (como caminar a paso ligero, andar en bicicleta y entrenamiento de resistencia) si así lo desea.
3. Comience con poco y vaya aumentando
Con cualquier actividad, siempre es recomendable comenzar con una intensidad baja e ir aumentando gradualmente la cantidad que realiza. Después de todo, ¡no empezarías a entrenar para un maratón corriendo 20 millas! El mismo principio se aplica ya sea que esté considerando iniciar un programa de caminata o aprender a jugar al bádminton.
4. Elija tipos adecuados de actividad física
Actividades como caminar, andar en bicicleta y nadar son importantes para reducir la fatiga, mejorar su estado físico general y la forma en que funciona su corazón. El entrenamiento de resistencia también es seguro para la AR y puede mejorar su capacidad para realizar las tareas diarias y sus capacidades funcionales generales. Recuerde siempre que todas estas actividades deben comenzar con intensidades bajas e ir aumentando progresivamente.
5. La preparación es clave
Asegúrate de calentar antes de comenzar tu sesión de ejercicio. Este debe ser un calentamiento aeróbico suave, como caminar sobre el terreno O caminar O andar en bicicleta ligera durante 3 a 5 minutos. El NHS tiene buena información general sobre ejercicios de calentamiento aquí . También es importante un calzado bien ajustado, que absorba los impactos y sea adecuado para la actividad.
Tipos de actividad
La natación es una excelente forma de actividad física, ya que causa muy poca tensión en las articulaciones y al mismo tiempo le permite ejercitarse a su máximo potencial. Involucra a la mayoría de los músculos y articulaciones y es un buen ejercicio integral. Algunas personas pueden preferir el agua más cálida de una piscina de hidroterapia, aunque la disponibilidad de estas piscinas varía en todo el Reino Unido.
Si normalmente eres móvil y gozas de buena salud, es posible que puedas hacer frente a algo más exigente. actividades como un programa de caminata, ejercicio aeróbico acuático, bádminton, ciclismo o cualquier actividad física que realizara antes del diagnóstico de AR.
¡No subestimes la importancia de realizar una actividad que disfrutes, ya que es mucho más probable que continúes haciéndola! Además, hacer ejercicio con otra persona (un familiar o un amigo) puede ser más divertido y ayudar a motivarse.
Si después de comenzar una nueva actividad notas que al principio parece empeorarte, existen cambios en tus ejercicios que puedes probar. Probablemente valga la pena reducir la frecuencia con la que realiza la actividad y la cantidad que realiza para ver si esto ayuda, y luego aumentar gradualmente el tiempo o la intensidad.
Si tiene un daño articular excesivo, se requiere la supervisión de un fisioterapeuta o un profesional del ejercicio, con experiencia relevante, antes de comenzar un nuevo régimen de ejercicio. La progresión de la intensidad siempre debe ser más lenta de lo normal y siempre basada en la retroalimentación a la persona que supervisa.
Finalmente, si tiene un ataque (donde una o varias articulaciones están particularmente hinchadas y sensibles), es mejor concentrarse en dejar que las articulaciones se calmen y hacer ejercicios de "rango de movimiento" en lugar de otras actividades de ejercicio, como entrenamiento de fuerza, que ejerce mayor presión sobre las articulaciones. No olvide que también puede ser beneficioso utilizar una terapia de frío para reducir el dolor y la hinchazón de las articulaciones durante un brote. Una vez que el brote desaparezca, podrá volver gradualmente a un mayor nivel de ejercicio.
Actualizado: 17/03/2017